¿Qué se puede añadir sobre este personaje magnífico, a lo que uno ya ha dicho durante más de cuarenta
años?
Alí Almeida es tal vez el último Sanjuanero nacido,
criado y quedado aquí para siempre, de los que aman a su Valle y le cantan, le
escriben y cuentan sobre un ayer de vida bucólica, de expresiones románticas,
de sueños y ensueños.
Mucho hemos hablado sobre este Hombre a quien amamos
como a un padre, tratamos como al mejor amigo y con quien hemos compartido
ideas y tragos. Hemos sido protagonistas de historias dentro de la Historia de
la Comarca de los Morros, hemos compartido el dolor de la quema de nuestros
cerros y la alegría de todo cuanto avance o progreso ha llegado.
Alí Almeida es un emblema del pueblo y de la ciudad. Nacido
en 1927, forma parte de la generación que se formó en la Escuela ARANDA,
dirigida por el Profesor Antonio Miguel Martínez, presente siempre en el
recuerdo del poeta Almeida. El Liceo Juan Germán Roscio lo tuvo entre sus
mejores alumnos junto a Mercedes Quero, Juan Ubaldino Zerpa, Guillermo Veitía y
Carlos Sócrates Tovar, entre otros. No es posible referirse al movimiento
cultural de los años cuarenta, sin mencionar el nombre de un joven introvertido
que escribía poemas de amor, redactaba periódicos ocasionales, animaba
programas y transmitía informaciones a través de un equipo de sonido en el
Centro Cultural PRO-PATRIA.
Un hombre de espléndida sencillez, de vida familiar,
incondicional con sus amigos, amante del cine de todos los tiempos, pionero del
periodismo moderno que se abrió paso entre lo meramente político y literario,
para darle a la noticia su justo valor y lugar. Almeida es un fino poeta cuya
obra está dispersa en periódicos de ayer, un honesto periodista que rinde culto
a la verdad y que ejerce todavía a los setenta y siete años, con la frescura y
el vigor de hace medio siglo.
De esa fuente hemos bebido durante los últimos treinta y
cinco años. Tenerlo como Maestro de dignidad es un honor, un privilegio y un placer inmenso. Almeida es
un hombre respetable y respetado, porque en su ejercicio profesional ha sabido
decir verdades, denunciar problemas y plantear situaciones, sin ofender, con el
respeto que Instituciones y personas merecen. Cree en el honor y lo asocia a la
virtud. Sindéresis, Síntesis y Sintaxis magistralmente manejadas en cada
expresión hablada o escrita, constituyen la mágica fórmula para haber triunfado
como orfebre de la palabra.
Cerca de tres décadas llevábamos pidiéndole parte de su
creación poética y cuentística, poco conocidas por las nuevas generaciones. Ni
forma ni manera. Almeida es reacio a todo cuanto signifique promoción o publicidad.
Concibe la creación simplemente como una expresión del espíritu y nada le
importa el valor estético que pueda tener su obra, realizada sin fines
literarios.
Alí Almeida es una Institución. Su elevado concepto de
la amistad, del trabajo y de la familia lo hacen una RARA AVIS. Desprendido de
lo material, constante en su posición de lucha por la conservación del
ambiente, el rescate de las tradiciones, curtido en lides de planteamiento
serio de los problemas locales, nacionales o internacionales sin ser desmentido
en sus apreciaciones. Escribir ha sido parte de su vida. Escribir lo importante
y lo trascendente de aquí, de allá y de más allá. Todo con un gran sentido
pedagógico, sin altisonancias ni desentonos, con la palabra como Instrumento de
exquisito concierto, como herramienta para fábrica de ideas y como única arma
para combatir a la mentira.
Luego de muchos años, hacemos cristalizar al fin nuestro
empeño por ofrecer una muestra de la obra literaria del hijo del Morro. Son
tres cuentos en los cuales realismo, realismo fantástico y realismo mágico se
toman de la mano para plantear la vida propia, la de los amigos y la de un
personaje nacido de su inventiva. A nuestro entender, esos cuentos, los trece
poemas, la canción a Isaías Flores y los pensamientos que ofrecemos, tienen un
altísimo valor que debe ser conocido por las generaciones presentes. Incluimos
una valiosa opinión del escritor Pedro Sivira Reyes, entrañable amigo de
Almeida, sobre el poema “GLOSA A PLATERO Y JUAN RAMÓN”, una entrevista
realizada por los alumnos Auroney Sotomayor y Jhonathan Torres, integrantes del
Club de Periodismo del Liceo Juan Germán Roscio, que se honra con el nombre de
“ALÍ ALMEIDA”, bien llamado LA HISTORIA VIVA DEL PERIODISMO GUARIQUEÑO.
Hay otras facetas de la vida del poeta, que no se
incluyen en el presente trabajo. Almeida es crítico de cine y como tal fue
co-fundador de la Asociación Venezolana que a mediados de los cincuenta se
fundó en Caracas. Es caricaturista, fundó y dirigió EL MORRO, quincenario que
circuló en San Juan entre marzo de 1958 y junio del 60. Fue funcionario del
Instituto Nacional de Obras Sanitarias hasta su jubilación, integró el equipo
de redactores de EL GUARIQUEÑO a mediodía de los cincuenta y de CAMPO
DEPORTIVO, a finales de los sesenta. Mantiene una columna de opinión en EL
NACIONALISTA, titulada DESDE EL AEROPUERTO, desde hace varios años y es quien
ha llevado al día la historia de la aviación en la capital del Guárico.
Cada mañana, esa figura menuda se desplaza lenta desde
su casa en la calle Mellado hasta el Restaurant de Bruno Zarramella, donde lee
los periódicos locales y nacionales. Un ligero temblor mueve su mano,mas no su
espíritu. Recuerda y nombra a Juan Pablo II y a Casius Clay, compañeros de
enfermedad. Es un portento de Dignidad Humana cuya presencia celebramos una y
otra vez.
SIMPLEMENTE ALÍ…
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